Republicamos un artículo publicado por Periódico El Pueblo en Junio de 2018 que desarrolla de mejor forma los sucesos del glorioso Levantamiento de Ránquil y que nutre de mejor forma la breve reseña subida por nuestra prensa en nuestras RR.SS.
El Levantamiento de Ránquil
Difícil geografía
La zona posee condiciones climáticas de
alta cordillera, de difícil acceso y de temperaturas muy bajas, con una
constante nevazón en el invierno. La base de la economía es la
ganadería, la producción maderera y el cultivo de algunas hortalizas y
cereales.

La vida de las masas
El año 1934 en que ocurrieron los hechos
fue un periodo de muchas penurias para la clase obrera y el pueblo, por
los efectos devastadores de la crisis imperialista de 1929, esta había
azotado a un país como Chile con un capitalismo burocrático, controlado
por los monopolios, el latifundio y los imperialistas, principalmente
yanquis. Permanentes alzas de precios de los productos básicos,
enfermedades que diezmaban a los más pobres como el tifus exantemático,
miles de desempleados (muchos ex salitreros) y otros tantos en empleos
muy precarios. Jornadas de hasta 14 horas diarias que llevaban al
aniquilamiento físico, se les pagaba con comida: “a los trabajadores les
daba concones al desayuno, frejoles al almuerzo y pancutras a la
comida, a las cuales solo les ponía grasa. Una vez por semana les daba
carne.” Su alojamiento era terriblemente precario. Muchos de ellos eran
enganchados y obligados a trabajar en esas condiciones.
Los mineros de los lavaderos de oro
vivían en cuevas a orillas del río, a veces sin ropas para cubrir su
desnudez, porque apenas les alcanza para comer, las temperaturas de
menos 20º bajo cero en invierno y la precariedad los hacia enfermar
constantemente, además algunos venían de climas más calurosos.
Enemigos del pueblo
Los latifundistas habían acaparado la
tierra, y el viejo Estado había concluido lo que falsamente llamo
Pacificación de la Araucanía, ya que se hizo a punta de balazos y con
una cruel represión hacia las familias mapuche de todo el territorio al
sur del Biobío.
Tal como hoy toda una cadena de
clientelismo aseguraba los intereses de los latifundistas: la policía,
la iglesia, la justicia y el Estado. Un ejemplo de la estrecha relación
es la de Francisco Puelma Castillo, gran comerciante salitrero, quien
siendo Ministro de Guerra colaboro con la guerra del salitre (pacífico) y
la Ocupación de la Araucanía. Aprovechando su cargo y relaciones en el
viejo Estado se hizo ilegalmente de casi 180.000 hectáreas de la zona
del Alto Biobío, de la cual solo tenía permisos estatales de tala de
árboles. Sus sucesores disputaran estos territorios hasta que por vía
legal y finalmente por las armas se quedaran con la mayor parte.
La lucha mapuche en la frontera
En la década de 1880 los toquis mapuche
encabezados por Neculman, Coñuepan, Quilapan y Colipi habían desafiado
con éxito a los regimientos nacionales. En 1881 se produce un gran
Alzamiento general mapuche que es duramente reprimido por el ejército,
el cual finalizó su campaña en la ocupación y reconstrucción de
Villarrica en 1883. Con este hecho comenzó la instalación de colonos
nacionales y extranjeros, terratenientes y empleados públicos en la
denominada zona de La Frontera, delineada por el Río Biobío.
En 1884, se realizó el remate y
ocupación de las tierras indígenas. Más adelante en 1916 se producirán
nuevas luchas en el Fundo Ralco de Lonquimay, en donde el cacique
Segundo Ignacio Maripe Levi pierde sus tierras. 15 años más tarde este
cacique muere en el Levantamiento de Ránquil.
Es importante explicar que el territorio
robado a los mapuche, fue inmediatamente ocupado por colonos
extranjeros y grandes latifundistas chilenos, pero también se instalaron
en las tierras más inaccesibles y de menor calidad a colonos chilenos
que eran campesinos pobres, por la escasa cantidad de tierra a la que
accedieron y las duras condiciones geográficas que debieron enfrentar,
como es el caso de los colonos nacionales procedentes desde Argentina,
que se repatriaron en 1896 desde la zona de Neuquen en Argentina. Uno de
los lugares fue el Valle de Lonquimay y el Alto del Biobío,
consecuencia de esta repatriación se constituyó la Colonia de Lonquimay.
Una de estas familias repatriadas, sería la de Juan Segundo Leiva
Tapia, quien se colocó a la cabeza de la lucha por la tierra de las
masas.
¡Organicémonos para luchar por la tierra!
El año 1928 se funda el Sindicato
Agrícola Lonquimay, formado por propietarios, obreros, campesinos,
colonos y ocupantes nacionales. El Profesor Juan Leiva Tapia quedó como
Secretario General y en él recae la personalidad jurídica. En esa
función es que le corresponde entrevistarse con el presidente de ese
año, el fascista Carlos Ibáñez del Campo. En esa ocasión debe exponer
las aspiraciones del sindicato cuyo lema era: poblar, producir y
civilizar. El Sindicato transitó todas las instancias legales para para
obtener la propiedad de la tierra. Ibáñez entre 1928 y 1931 dicto la Ley
de Propiedad Austral y una serie de decretos que buscaban regularizar
la tierra ocupada al sur del Biobío, ya que en muchos casos había sido
usurpada por los latifundistas y existían una serie de conflictos entre
campesinos pobres y latifundistas que buscaban por todos los medios de
correr cercos y robarles las pequeñas porciones de tierra que ocupaban
para subsistir.
Producto de la lucha del Sindicato se
les entregó un porcentaje de tierras. El profesor Leiva Tapia, presentó
un completo plan de desarrollo de la zona, por ejemplo se preocupó en
forma muy detallada del plan de escolarización de los niños de la zona.
El Sindicato que empezó con 25 personas
en su constitución alcanzo a más de 500 personas en 1931, junto con
otras organizaciones locales crearon el Comité Social Obrero de
Curacautín y Lonquimay, quedando como uno de sus directores el profesor
Leiva Tapia. En los periódicos locales denunció los abusos de los
latifundistas, el contrabando de ganado, el ataque a los socios del
sindicato y la organización sindical. En 1929 se dictó un decreto que le
entrego la propiedad del fundo a los sucesores de Francisco Puelma. A
lo que el Sindicato respondió con una presentación ante el congreso,
entregando una detallada relación de cómo se fue constituyendo la
propiedad. Pero en arremetida los terratenientes Gonzalo Bunster y Juan
Bautista Charó desalojaron a los campesinos, destruyeron sus precarias
habitaciones con presencia de mujeres y niños, violentándolos y tratando
de obligarlos a desocupar la puebla.
En 1932 los abusos continuaban, los
terratenientes actuaron con sus guardias particulares, desalojando,
botando sus mercaderías y enseres.
Carlos Ibáñez fue derrocado por el
movimiento popular que lo obligó a abandonar el gobierno, asumiendo un
año después Arturo Alessandri, quien continúo vendiendo Chile al
imperialismo yanqui, poniendo la economía y el pueblo trabajador al
servicio de sus intereses. Alessandri fue apoyado por latifundistas,
banqueros, grandes industriales y comerciantes, la iglesia y el capital
imperialista. Utilizó facultades extraordinarias para combatir a sus
adversarios, ocupo a las policías y cuando éstas no eran suficientes a
las milicias republicanas, que eran los paramilitares de la época.
Se precipitan los hechos: Expulsión del Fundo Guayalí
En marzo de 1934 se trata de expulsar a
los colonos del Fundo Guayalí, a instancias del latifundista Gonzalo
Bunster. Concurrió al lugar el teniente de carabineros Cabrera con una
tropa, viendo que los colonos no estaban dispuestos a ceder convino un
plazo para que acudieran al gobierno. El Ministro del Interior ordeno el
lanzamiento y en abril son desalojados. En el mes de mayo se da cuenta
de la fundación de un pueblo en el lugar denominado Llanquén producto de
la expulsión de los colonos de Guayalí. Lo bautizan con el nombre de
“El Matadero” que quiere decir que las 63 familias que lo pueblan
morirán por ser campesinos que no tienen donde sembrar y sus ganados no
tienen donde pastar. Este pueblo estaba en las faldas de la cordillera y
con las primeras lluvias brotaron de inmediato vertientes en las casas,
que en realidad eran pequeñas rucas de canoas que no tienen más que
para techo y algunas ni eso.
La unidad con los obreros
Para enfrentar la crisis, Alessandri
incentivó la emigración desde el norte hacia el sur, enganchando gente
para llevarlas a los lavaderos de oro y otras actividades, para ello se
les daba pasajes y medios de transporte. Los obreros del Túnel Las
Raíces, que une a Chile con el Alto Bío bío, llegaron a ser 2.000 en muy
precarias condiciones laborales, soportando derrumbes, y el rudo clima.

En
abril de 1934 se fueron a huelga, las demandas eran: aumento de
salario, imposiciones patronales de acuerdo a la ley 4.054, separación
del fichero, mayordomo y capataz general del túnel y reincorporación de 3
obreros despedidos. Se presumía que se plegarían los trabajadores de
los lavaderos de oro. La empresa acepta las demandas pero procede a
despedir de 100 en 100 a los que habían participado de la huelga.
El Levantamiento
Hastiados de los abusos y dirigidos por
Juan Segundo Leiva Tapia, el miércoles 27 de junio de 1934 centenares de
campesinos, mapuche-pehuenche, obreros y colonos armados de palos,
piedras, iniciaron el asalto a los fundos de Ránquil, Nitrito y Rahue.
Del enfrentamiento con los dueños de fundos y sus fieles servidores
resultaron varios muertos y numerosos heridos.
Asaltaron las pulperías, el cual era un
vil sistema utilizado para estrujar hasta el último a las masas. Los
rebeldes avanzaron liberando territorio e impulsando a los inquilinos de
fundos vecinos a la sublevación, atacaron un retén de la policía. Las
fuerzas policiales locales fueron rebasadas.
Las formas de lucha que utilizaron eran
propias de los montoneros de la región fronteriza: eran en apariencia
desordenadas, pero detrás de las acciones había un calculado plan
dirigido a crear la máxima conmoción con un mínimo de víctimas, se
difundieron rumores que estremecían de terror a sus enemigos. Esta
estrategia buscaba impedir que los enemigos evaluaran el estado de las
fuerzas combatientes para que no lograran penetrar los círculos de
resistencia.
Una medida que impulsó Leiva Tapia fue
aislar toda la región de Ránquil, Trollo y sus contornos con patrullas
armadas de colonos que recorrían los caminos. Cortaron los hilos
telefónicos para interrumpir las comunicaciones con Lonquimay.
En una segunda fase buscaron hacer
sentir la presencia de su fuerza armada sobre los centros poblados. Se
propusieron como objetivo sitiar el pueblo de Lonquimay. Acamparon a 10
kilómetros en un lugar llamado la Junta, sector de confluencia de los
ríos Biobío y Lonquimay, se habla de 600 hombres dispuestos. Se dice que
el contingente original de sublevados fue engrosado por los mineros de
los lavaderos de oro de Nevería y Lolen. Con anterioridad activistas
obreros de la Federación Obrera de Chile (FOCH), había realizado trabajo
de agitación y propaganda para unir a las masas a la lucha.
El levantamiento fue duramente reprimido
en los siguientes días, baste señalar que es la primera vez, que
volaron aviones en esa zona. El Director General de Carabineros,
Humberto Arriagada y el de la Policía de Investigaciones junto al
Ministro del Interior dirigieron la persecución y el aplastamiento del
movimiento.

La Dirección Proletaria
Se desconoce el momento exacto en que
Juan Segundo Leiva Tapia, se liga al Partido Comunista (PC). Se sabe que
participo de reuniones de la FOCH, de eventos internacionales y que fue
relegado a la isla Melinka en 1933, algunos contemporáneos señalan que
fue en su época de estudiante del pedagógico. Cuando después de su
relegación la prensa local le pregunta por el ingreso del Sindicato
Agrícola de Lonquimay a la FOCH, Juan Leiva explica: “el ingreso del
Sindicato Agrícola Lonquimay a la FOCH y mi participación en la
directiva es justa y legitima alianza entre campesinos y obreros para
defenderse de esos dos poderosos aliados que estrangulan la clase
trabajadora de la ciudad y del campo: el capitalismo extranjero (yanqui,
inglés, japonés, alemán, etc.) y el latifundio feudal burgués.”
Lo principal es que dirigió el
Levantamiento siguiendo la guía de la Revolución Agraria y
Antiimperialista impulsada por el Partido Comunista.
El Partido Comunista junto a la
Federación Obrera de Chile, gozaban de gran prestigio entre las masas.
El PC había sido fundado en 1922 como sección de la Internacional
Comunista por Luis Emilio Recabarren, el PC había logrado crecer y tener
amplia influencia en diversos sectores de masas. Su justa línea
política, trazada por su fundador, su lucha por ponerse a la cabeza de
la lucha de las masas en la defensa de sus intereses y por ende la
persecución del viejo Estado, le hicieron ganarse el reconocimiento del
pueblo. No había partido más importante entre la clase obrera en este
periodo.
En la década de los 30 en el PC, se hace
la autocrítica que debían aumentar los esfuerzos por organizar la lucha
por la tierra, gracias a las enseñanzas de la Internacional Comunista
comprendieron que la Revolución que requería nuestro país era una
Revolución Agraria y Antimperialista, puesta era capaz de resolver el
problema nacional (sometimiento del gobierno a los intereses del
imperialismo, principalmente yanqui) y el problema de la tierra (la
existencia del latifundio y la opresión al campesinado) en nuestro país.
Sin embargo, en este momento también se
desarrollaba el debate en el Movimiento Comunista Internacional sobre
cómo aplicar las orientaciones de la Internacional en torno al combate
del nazi-fascismo, la izquierda comprendió la necesidad de unir en torno
a la dirección proletaria al resto de las clases revolucionarias,
impulsando la violencia revolucionaria de las masas, mientras el ala
derecha defendió un frente amplio (a veces bajo la fachada de Frente
Único) se colocaba a la cola de los gobiernos de la gran burguesía y
latifundistas, participando en frentes electoreros.
El sector del Partido Comunista que
dirigió el Levantamiento de Ránquil enarboló y encarnó el programa y la
lucha por la Revolución Agraria y Antiimperialista y desarrolló la lucha
por la tierra de las masas, hasta llevarlas a la lucha por la conquista
del poder. La traición del ala derecha dentro del PC, que luego toma la
dirección de éste, quiso echar tierra sobre este gran levantamiento,
pero la verdad de clase, se abre camino aunque este sea sinuoso.
El Levantamiento de Ránquil es un hecho,
que se debe seguir investigando y develando, con el único y principal
objetivo de aplicar sus más grandes lecciones.
¡Viva la unidad obrera- campesina!
¡Aprender de la justa lucha de los más pobres!
¡Viva el Levantamiento de Ránquil!